10.4.09

Fábulas vagas

NUMERO AN
"Estaba mirando a la gente. Hay tanta. De repente pasaron por al lado mío dos hombres barbudos. Pantalones apretados ambos. Aretes en el labio, ambos. El uno moreno, el otro rubio, el uno más gordo que el otro, el uno ligeramente más alto quel otro, ambos puestos la capucha de su saco. Hombres adultos, de unos 30 años pero con el mismo tipo de facha.

Ahora,
yo podré ser alguien sin demasiado estilo, pero por lo menos no tengo un puto clón caminando al lado mío todo el tiempo."

Y así sigue el texto, el narrador cuenta un montón de cosas y después de cada una dice, "Ahora,,,,, Yo podré ser alguien..." lo que sea "pero por lo menos no tengo un puto clón caminando al lado mío todo el tiempo." o lo que sea pertinente.

NÜMERO DÚ
Un hombre de 30 años empieza a usar expresiones como "lo lamento mucho" y "tenlo por contado" e incluso "dalo por hecho" o "pero por supuesto", para decir cosas que antes hubiera dicho asì: "zorry" o "bueno" o "puede ser" o "ya".
Al comienzo lo hace como chiste. Le parece cómico dirigirse a otras personas en situaciones cotidianas y hablar con este tipo de expresiones arcaicas y excesivas
También deja de decir malas palabras como "puta" "chucha" y "verga". En vez de eso empieza a utilizar palabras como "recorcholis" y "carambas" sólo en casos muy especiales se permite soltar un: "mierda".
De nuevo, lo hace porque le parece chistoso, en un principio, pero poco a poco, con los años, se le van quedando estas cosas y empiezan a salir las palabras de manera natural. Cuando el hombre tiene 35 años ya no sabe hablar de otra forma.

NÚMEROS TUÁ y CAT
En una carta larga un ecuatoriano explica porque en este punto de su madurez votar por Álvaro Noboa en las elecciones presidenciales es lo más coherente y propio que le queda por hacer. No sólo eso, está muy contento de poder hacerlo. Dichoso, diríamos. Y en la médula de su carta hay un dato nada relevante y poco analizado que sin embargo termina siendo el punto más contundente de todo su argumento. Es la sorpresa que siente este ecuatoriano al darse cuenta de que Rafael Correa se parece un montón a Henry Rollins. En un video que le encantaba de pequeño. En Liar.



y esta es la versión del video que vio cuando era pequeño.




NÚMERO SANK
Una persona viaja en bus después de una larga jornada de trabajo. Está cansado. El bus está repleto. Nunca ha estado tan repleto un bus. Sin embargo, entre todas las personas que están de pie en el bus, sosteniéndose de algo, esta persona divisa un puesto libre, al lado de un hombre idéntico a Alan Vega circa 1980. Cintillo en el pelo y todo. Sólo que tiene la piel un poco más oscura que la de Alan Vega. Lo otro es que claramente tiene algún tipo de discapacidad, física o mental, ambas, este tipo que se parece a Alan Vega. Nadie más quiere tomar el puesto al lado de él, a pesar de que el bus está repleto como nunca.Pero nuestra persona pide paso entre la gente para llegar allá mientras el bus se mueve, haciendo todo tipo de sonidos. El conductor del bus está nervioso porque el bus está tan lleno y el bus pesa tanto porque está tan lleno que la parte de abajo se da duro contra el pavimento y la gente salta por dentro y suspira pero el bus sigue, haciendo un montón de sonidos, destartalado por la calle, demasiado lleno, sonidos metálicos de tornillos flojos, tornillos inmensos de bus. Y lo único constante en todo el bullicio es un bip, hondo, que sale de alguna parte del cuerpo del tipo que se parece a Alan Vega circa 1980. El sonido más raro, parece un sonido de una computadora pero es humano, ese puto clón de Alan Vega. Hacia allá se dirige la persona de esta fábula.


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