Llené una hoja de mi cuaderno con palabras sueltas. a-la surrealista. Qué pérdida de tiempo. Dejaba que cualquier palabra se pusiera al frente de mis sentidos. La que más asomaba era la palabra "pupo". De hecho era la única que se repetía.
Desde hoy tengo internet en mi nueva casa. Vivo en Seattle. Han pasado algunos meses. Me he demorado como dos horas en saber cómo empezar esta entrada de blog. ya no tengo la costumbre. Aplazé tanto este momento que casi lo pierdo. Pero en la espera hay algo especial. En la calentura está quizás, todo el sexo.
La Cora nació y ahora es una bebé hermosa de ocho, casi nueve meses. Me atrevería a decir que es la mejor etapa que un ser humano puede tener. Tengo la suerte de estar conciente de que lo estoy disfrutando. La segunda vez que uno recorre estos vericuetos de la paternidad, todo es muy distinto. De la misma manera en que el jardín de infantes es distinto de la universdad. Con el Julian no había un segundo que perder. Todo era muy intenso. La Cora da la impresión de que se podría criar con lobos. Pero bueno, yo no soy la mamá. Y parte de mi estado contento viene de que ahora creo que sé mejor lo que es un papá.
A propósito de lobos, he leído en estos días, con el Julian, ya dos veces, el libro de Gaiman y Mackean- Wolves in the walls-. Ahí al lado está la portada, creo que voy a colocar en ese espacio, cualquier imagen o imágenes que me remitan a lo que estoy viviendo o estudiando en esa instancia particular.
Lo otro que estoy leyendo, como podrán ver, es ese libro Consider the Lobster. Es de un escritor estadounidense que se suicidó a los pocos días de lo que yo llegué acá.
La otra vez que vine, en el 95, fue poco después de la muerte de Jerry García, y The Grateful Dead me terminó gustando tanto que cuando me enteré de David Foster Wallace dije, bueno, presta ese libro. Les cuento que no me ha defraudado. En absoluto.
A quien le pedí prestado el libro es a la biblioteca de la Universidad de Washington en la que soy alumno y profesor de español. Una nueva etapa de la vida comienza.
Los otros libros que he pedido prestado son: The elephant vanishes de Murakami, un volumen de Sandman llamado Fables and Reflections, algunos libros de Dinosaurios, de autores varios y el de los lobos de Gaiman, el Manifiesto Surrealista, de eh.. Bretón y "Sobre los ángeles" de Rafael Alberti. Estos dos últimos son para mis clases de la maestría, los demás son para mi trabajo.
Vivo en un calle que se llama Sandpoint Way. Está cerca de un parque y hoy caminando con la Martu y los guaguas descubrimos un poco de arena ahí. A mí me parece gracioso que hayamos venido a parar acá, luego de vivir los últimos años en un lugar llamado el Arenal, en Tumbaco A la martu en cambio, no le parece muy gracioso. Hace esa mueca suya que es como una media sonrisa y una mirada parpadeosa mientras jala su quijada ligeramente hacia su hombro izquierdo y suelta un chis. Levantando sus cejas y colocando su mano derecha sobre el hueso de la cadera. La podría describir todo el día.
Ni qué hablar acerca de todo lo que hemos vivido en este último mes. Anoté algunas cosas en un cuadernito pequeño que traje desde el Ecuador y hay algunas cosas dolorosas ahí que no sé si vaya a transcribir acá algún día. Pensé en hacerlo antes, cuando no sabía cómo empezar esto.
Sólo es un comienzo. Espero escribir mucho más aquí. Espero que mujer piloto cumpla nuevamente con su misión y su visión. Espero tantas cosas. Pupo.