Los amigos del barrio pueden desaparecer. Hoy me levanté más temprano de lo normal. Tampoco tanto. Treinta minutos más temprano. A las 6. Fui a la cocina y calenté el café. Luego prendí la radio en NPR y abrí el sexto volúmen de The Sandman. Las noticias eran todas sobre la debacle financiera en Wall Street. Las opiniones de Mcain, las opiniones de Obama, las opiniones de los periodistas. Opiniones. En mi libro, un joven de alguna tribu primitiva, un cazador, se encontraba con Lucien, el mayordomo del señor de los sueños.
A las 7:45 salí de mi casa y tomé el bus número 75 hacia el campus de la Universidad de Washington. Pasé una media hora en la oficina, conversé con Kelly, una colega gringa y fui a dar clases. Les hice revisar algo de vocabulario, el pretérito perfecto y los verbos que requieren se. Luego les conté una historia parcialmente inventada acerca de mi animal favorito.
Tipo 10:45 me encontré con la Martu. Estaba con una camiseta azul de manga larga y unos pantalones grises de tela, medio elgantosos, que nunca antes le había visto puesta. Estaba preparando su clase para el día siguiente. Yo hice lo propio. Y merodié por el edificio.
A las 2 recogí a los niños de la guardería. Las tardes todavía están buenas. Hoy por lo menos, no había viento. Nos fuimos al Museo de Ciencias.
Desde hace pocas semanas el Julián ha demostrado mucho interés por los Dinosaurios. Hemos visto algunos libros y el Julián es bueno para acordarse de los nombres de las bestias y sabe cuáles eran feroces carnívoros y cuáles herbíboros soñadores. Su dinosaurio favorito es el Tiranosaurios Rex.
Le fascina la idea de la extinción. ¿A quién no? Pero en varios libros que hemos revisado se plantea que, en realidad, la mayoría de dinosaurios evolucionaron y se transformaron en las aves modernas, las aves que piopían y planean hasta nuestros días. Muchas veces, los libros que tenemos sobre el tema, mencionan lo poco que se conoce realmente acerca de las lagartijas terribles. La cantidad de errores que han cometido los científicos, a lo largo de la historia, en sus hipótesis.
Y debe ser así.
El Museo Burke tiene los eskeletos completos de un Estegosaurio, un Alosaurio, la calavera de un triceratops y el fémur de un saurópodo inidentificado. EL Julián caminaba con recelo. Expresión de susto encantado en su rostro. EL Museo Burke también tiene el eskeleto completo de un mastodonte, mamut. Y un montón de otras cosas. Nos dimos una vuelta. El Julian se fue entusiasmando mucho. Hacía preguntas. Vimos una exposición sobre los osos polares, totems de las culturas indígenas del sector, pedazos de madera petrificada, piedras preciosas, títeres antiguos. Y más cosas.
Cuando salimos del museo seguía siendo una tarde maravillosa. Y aquí recién es en dónde entro en materia. Lo que les voy a contar no es lindo.
El Julian, la Cora y yo disfrutábamos de bebidas, papas fritas y manzana en los exteriores de la cafetería del museo y luego de terminar, caminamos por el campus de la universidad, con la idea de encontrarnos más tarde con la martu que aun no salía de clase. En uno de los caminos internos del campus, y no por eso menos transitado que el resto del sector, el Julian decidió hacer el chistecito de cruzar la calle corriendo, como si fuera la hazaña más divertida. Nunca antes había hecho algo así, no exactamente eso. Me tomó por sorpresa y al comienzo no hice ni dije nada porque en general estaba tranquilo esa tarde y además acabábamos de hacer algo tan enriquecedor. Pero cuando llegué al otro lado decidí que no podía dejar pasar por alto semejante contravención, así que le pedí al Julián, muy tranquilamente que no haga eso, que era peligroso. Quizás no estaba tan tranquilo. Quería mostrar cierta molestia y desacuerdo con lo que había hecho. Paso siguiente, el Julian salió corriendo.
La Cora estaba en su coche, tranquila como chocolate adentro de su caja, y yo decidí mantener mi posición. EL julián regresará, dije para mis adentros. Pero el Julian solo se alejaba, más y más. Bajaba corriendo por la inmensidad de un jardín que queda entre la facultad de leyes y el límite occidental del campus. Se le veía hermoso, corriendo en círculos, diminuto, en una tarde soleada, pero también se estaba alejando mucho. Un par de veces se dio la vuelta para registrar mis coordenadas, y de repente, desapareció de mi vista.
Ya no me podía quedar ahí. No podía mantener mi posición como dueño de mascota en entrenamiento. El julián había ganado. Salí corriendo con la Cora adelante mío, empujada, en medio de una mareada de gente que de repente salió de algún lado, de todos lados y que seguramente me veían con el corazón a punto de detenerse.
El Julian se había detenido cerca de un banco, alegre. Yo por otro lado, era una furia paniqueada. Seguramente no pasaría nada, seguramente los niños no se pierden así de fácil, el sistema funciona, pero igual. En un lugar público, tan grande, en los Estados Unidos, no se pueden, no se deben hacer esas cosas, ¿no es cierto?.
"Julian, no puedes hacer eso." enérgico. "Puede haber carros, bicicletas, personas.."
"¿Personas?" dice él "¿Y eso qué tiene, qué me pueden hacer las personas?"
Transgredí una barrera que nunca había transgredido, "te pueden robar, mijito"
"Ah, si me hacen eso, yo sí que les meto un puñetazo" dice él.
"No Julián. NO puedes hacer eso. Un adulto es más grande y más fuerte que tú, te puede hacer daño"
"Pero entonces yo le hago como lucha libre"
"No Julian"
"Entonces le llamo al Luciano Fuego para que él les haga como lucha libre"
"El Luciano Fuego no te puede ayudar, Julián. Tienes que hacerme caso. NO PUEDES IRTE ASÍ, NO PUEDES SALIR CORRIENDO ASÍ" En este punto ya estoy más allá de la paciencia, quiero demostrarle algo al Julian, he decidido ser más directo.
"Si te pierdes Julian, nunca más te volvemos a ver"
"Ah pero yo regreso"
"Julian no sabes cómo regresar, ni siquiera sabes cómo cruzar la calle solo"
"Sí sé" riéndose burlonamente.
"No Julian. NO es chiste."
"Entonces me hago niño callejero"
"Pero los niños callejeros no viven muy bien, ni viven mucho tiempo"
"Ah pero tal vez conozca a otra familia y vivo con ellos."
Ouch.
"Bueno, JUlian, puede ser, pero también puede ser que no. Tal vez no encuentres otra familia, tal vez te matan con una pistola, y ya, ¿te gustaría eso?" He querido ser directo, estoy molesto y ansioso por probar un punto, a toda costa, pero creo que eso fue un error.
"Aghhh." Sopla el JUlián "Pero si las personas no tienen pistolas, sólo en las guerras. Y en este país no hay pistolas"
Una imagen de Bowling for Columbine pasa por mi cabeza, pero no tiene sentido. Me doy la vuelta y me voy al banco, cabizbajo. Por un rato decido que el resentimiento es la única salida viable. EL Julian se sienta cerca mío pero le ignoro si me habla, en el fondo, lo que hago es insistir con mi lección: no hay cómo hacer eso, el JUlian debe retractarse. A pesar de que sé que he perdido, como todo padre más o menos responsable que decide criar a sus hijos, formar una familia, quedarse en casa....
EL Julian coge la funda de papas fritas que nos trajimos de la cafetería. Yo converso con la Cora. Intento cambiar mi cara por ella. Tan serena y moldeable. Sobre ella hablaré ya mismo, pero otro día. El Julian me muestra la funda de papas vacía y me dice que la bote a la basura.
"Bota tú le digo, si eres tan independiente que puedes salir corriendo, botalas tú."
"Entonces las boto en el piso" me dice, y hace eso. Yo miro a la funda, en medio de un pavimento liso, en un campus gringo lleno de árboles y ardillas y cuervos. La funda de papas fritas. Yo nunca permitiría eso, yo siempre recogo la basura, incluso la que no es mía, sobre todo la de mis hijos, pero hoy sólo levanto mis hombros y la funda de papas fritas se queda ahí, la gente camina sobre ella y yo estoy conciente de lo que debería hacer pero no hago nada. Después de un rato nos vamos y la funda queda atrás. Ensuciando el campus.
Pero el julian ha cambiado su actitud ligeramente. Ahora está más triste. Ya no se regocija en su rebeldía frente a mí. Parece que se dio cuenta de su error, o por lo menos de que no vale la pena aguar la fiesta de esa manera. Ahora quiere que le ayude a abrir una botella de jugo. Dilato un rato más la situacíón. Le digo que la abre él mismo. Me siento más cercano que nunca ha probar mi punto, puede ser... puede ser que gane....
Le abro la botella sin decir nada. El Julian bebe. Luego subimos al bus y él se duerme en el camino. La Martu se sube en otra parada y me lanzaría a sus hombros si no fuera porque nos encontramos ese rato con un amigo mexicano, un músico buena onda que nos pregunta por la etimología de la palabra "bacán".
En casa, la Martu que ha vivido estas revueltas del Julián varias veces, más que yo, sentencia: "Está probando los límites de los Estados Unidos. Y nos está probando a nosotros que hemos cambiado tantas reglas desde que estamos acá".
Tiene razón.
El Julian todavía no entiende del todo por qué vinimos a Seattle, por qué cambiamos ésto por el Ecuador, esta casa arrendada por SU casa con jardín y perrita Nuala.El Emi Pickler al aire libre y con sol por Laurel Village bajo techo y barreras. Le ha costado mucho. Nuestro trabajo es demostrarle que fue la decisión correcta, o por lo menos, nuestra decisión.
En la casa comemos pasta y filosofamos. EL Julian se desahogó un rato antes y ahora luce expectante, ilusionado, brillante.
Después lavo los platos. Escuchando la radio. Y el julian se me acerca con un estetoscópeo de juguete. Desde que llegamos me he preguntado varias veces cómo será cuando sepa hablar inglés y en el fondo intuyo que ya está aprendiendo el idioma en su colegio, a pasos agigantados. Pero a parte de decir Hello, no le he escuchado mucho. Pero ahora se me acerca con el estetocópeo en mano y hablando adentro del mismo dice "Sorry".
Me rio mientras remojo un plato. ¿Será en serîo?
"Sorry" repite otra vez y por si acaso yo digo "Ok. I forgive ya".
Luego nos abrazamos y entiendo por énésima vez en mi vida que no soy yo el que le está educando a él sino que él me está educando a mí. Ok.