13.10.09

Creo que es un buen día para volver a Mujer Piloto. Ayer el Julian y yo fuimos a la librería Barnes and Nobles. Caminamos desde nuestra casa, en el frío de otoño, y contamos los minutos que nos demoramos en llegar. Fueron 2. Desde Julio vivimos en las residencias universitarias para familias, rodeados por otros padres-estudiantes y por muchos, muchos niños. El julián y la Cora han hecho amigos nuevos, son parte de un sistema barrial curioso. Durante el verano la actividad de ellos, en los jardines y juegos infantiles de Blakeley Village, así se llama la residencia, no paraba nunca, había sol hasta las 9 o 10 de la noche. Ahora en el otoño el ritmo cambió un poco. Los padres volvemos a nuestras obligaciones académicas. Los niños a sus escuelas. El Julian y la Cora siguen en el mismo pre-kinder y guardería, respectivamente. El juliancho es el mayor de su clase, cumplió 5 años el 27 de septiembre, la mayoría de niños de 5 años ya van a kinder pero el mes de septiembre es donde se hace el corte. No sé cuánto le afecte al Julian pero a mí me ha preocupado verle rodeado de niños más pequeños (si hay 2 o 3 que están más pegados a él en edad). El se lo toma tranquilo, creo que se siente un poco como el líder y las profes me han dicho que él ayuda mucho a los niños nuevos a entender el sistema, los horarios de la escuelita. Hoy vendrá a visitarnos en la casa su profesora nueva que se llama Myla y seguro que conversaremos más de esto. Anoche el julian y yo caminamos juntos en el frío nocturno.

Cuando volvimos a la casa comimos unos llapingachos que la martu había hecho el día anterior, acompañados de un huevo tibio y tomates picados. La Cora devoró, el julián no tanto, la martu y yo recogimos las sobras. Luego nos bañamos, el julian y yo en la ducha, nos pusimos pijama y nos preparamos para dormir. El julián estaba un poco emocionado y costó muelas lograr que se calmara. Pegamos calcomanías en un libro de Star Wars, nos inventamos un par de historias con Obi. Wan. Kenobi como protagonista y finalmente le conté una historia de mi niñez con las luces apagadas. Le conté que nací en Londres y que viví ahí 3 años antes de mudarme a Quito, le conté que aprendí a hablar en inglés y le conté que no tengo muchos recuerdos de esa época, salvo uno que creo que me inventé: estoy tratando de alcanzar un objeto que está encima de una repisa y que no alcanza. La casa está vacía y nadie se ha dado cuenta que nos faltó empacar esta cosa, que además, a mí me encanta, se trata de una cometa de plástico en forma de águila. Estiro mis brazos y piernas pero nada, soy muy pequeño, como del tamaño de la Cora, tal vez un poco más. Luego le cuento de la vez que me perdí en una playa de Inglaterr. Ha pasado mucho tiempo desde que he contado la historia pero siempre la he guardado como algo fundacional de mi ser. La vez que me perdí. Empiezo a contar este olvido (no es algo que recuerde haber vivido, es algo que me han contado que me pasó) y el julian me sorprende diciéndome que ya lo conoce. Se emociona "I already know this!" Debe haber sido de alguna noche en Tumbaco hace uno o dos años pero yo no recordaba habérsela contado. En fín. Permito que él me cuente a mí la historia de la vez que me perdí en la playa y lo hace bien, con ciertos errores que yo voy corrigiendo. Luego me pedí que le cuente dos veces más la misma historia pero yo le digo que es hora de dormir. Discutimos un poco. Él no quiere dormir. Yo intento explicar que cada cosa tiene su final, los días, los cuentos, la hora de contar cuentos. Discutimos y caemos rendidos. Uno al lado del otro. Ya mismo tiene que empezar a dormirse solo. No son ni siquiera las 10 de la noche pero el julián me ha arrastrado junto a él, al sueño.

En la habitación de al lado la martu lidia con la Cora que también está dada cuerda. Se acuesta en la cama y espera pacientemente a que la bebé haga lo mismo. Es más difícil convencerla a ella. Pero cuando la Cora se duerme la Martu está lista para seguir con la noche o empezar la noche, a revisar materiales para su clase de la mañana siguiente, en fin, tiene más resistencia que yo.

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