Estaba dando vueltas a las páginas de una revista. El julian bajó las gradas y colocó unas postales y unos folletos culturales encima de mis rodillas. Luego volvió a subir. Yo seguí leyendo. El julian bajó nuevamente. Traía una vela que colocó encima de la mesa, cerca de mis pies. Luego volvió a subir y a bajar. Repitió una veces más. Trajo papeles con dibujos, algún juguete pequeño, un cepillo de dientes, una camiseta. Colocó cada objeto cerca mío mientras yo leía. Parece que me he convertido en el modelo principal de sus esculturas vivas. Cuando me levanté el julian bajaba las gradas. Le pregunté si es que no importaba que me haya leventado. Dijo que no. Que ya podía hacerlo.
Ayer de noche llegué a la casa como a las 11. Venía de un repaso. La martu dormía pero el julian parece que se levantó apenas me oyó entrar. Estaba sacando ropa de su closet cuando subí. Le acompañé un rato. Luego él me acompañó a comer. Había mucha luminosidad por la luna llena. Luego de comer me sentí exhausto. De golpe. Además estaba sobrecogido, como mirándome a mi mismo ahí con el julian. Pensé en tanto que hemos vivido juntos. Pensé en cómo cambió mi vida. Tanto que ya casi ni recuerdo la vida anterior al julian. Me parece una larga estadía. De un nuevo ser. No entiendo a ratos todo lo que ha pasado. Sólo ha pasado. Y yo me he dejado llevar, supongo. Estaba emocionado. Mirándole al julian y a mi mismo. De noche. Un día más juntos. Compartiendo todo. Él nos necesita tanto. Y nosotros mal que bien hemos estado ahí. La martu más. Yo a ratos tengo que detenerme y darme cuenta todo lo que ha hecho ella. Ha sido tan fuerte. Y ni siquiera lo sabe. Fue abrumador. Duró poco. Me tenía que dormir. Pero el julian seguía. Le acompañé un rato más. Armamos torres con legos en su cuarto. Luego le expliqué que yo necesitaba acostarme al lado de la martu. Que necesitaba estar con ella. Creo que fui bastante directo y sincero. Al principio entendió pero luego se puso a llorar. Yo igual le dejé ahí. Nada le podía pasar. Él también necesitaba descansar. Se acostumbró a acostarse tarde porque las dos noches anteriores le llevamos con nosotros a reuniones sociales. Me acosté al lado de la martu pero el julian seguía llorando en su cuarto. La martu se levantó y le trajo. Y nos dormimos los tres. Yo dormí incómodo.
Hoy de mañana fue difícil para el julian. Se despertó llorando. Desconsolado. Con un resfrío. No sabía lo que quería. Sólo lloraba. Yo me acosté al lado de la martu y el julian empezó a decir "vayate, la mamá (mamartuma) es mía" y cosas de ese estilo. Yo no me fui. El julian durmió. Pero se despertó al poco tiempo y seguía llorando desconsolado. La martu se bañó y él le siguió en llanto. Cuando salió del agua seguía igual. Luego le calenté una teta y se tranquilizó. Se la terminó rápido. Parecía tranquilo pero algo le volvió a dar pena y se puso a llorar. Era tan tierno. Estaba muy triste.
Finalmente pasó. Yo le conversé de todo lo que habíamos hecho en la noche. El empezó a hablar. La tele estaba prendida. Me dijo "cuando sea grande voy a tomar cervezas y ver películas feas contigo". Yo le dije que bueno. La martu preguntó "¿ Y conmigo también?". Y el julian dijo "si. contigo también".