Ayer me fui con el julian y la nuala al parque de la carolina. Pasamos bien. Llevamos la pequeña bici del jules y le ayudé a montar por la pista. Estaba con su casco que le trajeron los abuelos de Roma. YO le sostenía del volante o del asiento y le decía que pedalée. Le empujaba un poquito. Le sostenía. Nunca le solté. Pero ya mismo. Quiero que aprenda a montar bici. Es chiquito. Pero quiero que aprenda sin esas llantas de ayuda.
Él estaba feliz. Luego vino la martu y nos dimos otra vuelta. Luego al teatro y el jules y yo esperamos dos horas por ahí. Primero en el parquecito del Belén. Luego por la Alameda. El julian está activo todo el tiempo. Saltando. Inventándose juegos. Cuando no está así. Está observando a otra gente. Sin ningún recelo. Se planta ahí y mira. Los niños le atrapan la atención. Luego de observar juega con ellos. O está por ahí. Haciendo cosas parecidas a las que hacen ellos. Yo le observo a él. Desde un costado.
Conversa mucho. Hace preguntas. Pide que le miremos las cosas que hace. Ahora último está haciendo eso. "Martu mírame" "Jorge tu también". "MArtu dile al jorge que me mire". "Ya!" Cosas así. Es su nuevo tema.
HOy el julian metía un papelito a un vaso de agua. Luego lo sacaba y cuidadosamente lo llevaba a la pared de la radio, donde trabaja la martu. Y pegaba al papel ahí. Se hacían unas formas con el agua. El julian retiraba el papel y se quedaba mirando las formas acuáticas. Luego lo volvía hacer. Estábamos ahí. Esperando a la martu. EL suco Rosero era el entrevistado. Hablaban por los parlantes. El julian en un espacio más cerrado actuaba más calmado. Mas tranquilo. Más suavecito. En espacios abiertos como el parque corre más, salta. grita. Lanza cosas.
Ayer la martu y yo nos acostamos hablando del julian. Nos reíamos con diferentes anécdotas. Yo moría de la risa. Contándole a la martu como el julian da vuelta a las conversaciones. Empieza preguntando por un perro callejero que vio, por ejemplo, yto empiezo a responder, sigue preguntando. Yo extendio las respuestas. Sigo hablando. De un perro que ni siquiera vi yo. Y de repente el julian me está gritando "¿Cuál perro taita?" Desde el asiento de la bici. Desde atrás.
Está creciendo. A veces le veo tan grande. HAciendo comentarios. Conversando. MOviéndose como un niño de escuela. Pero ayer en el parque era un bebé subido a una bicicleta diminuta. Qué chiste.
Tiene una mirada de delirio, la mayoría del tiempo, de muñeco. De niño bebé. Sin miedos. Frontal. Creativa. Destructiva. Una mirada como que vive en un sueño. Toca las cosas por primera vez. Los niños tienen de delirio en sus pupilas. MIran las cosas de otro modo que el resto. Los despiertos.
He querido escribir sobre esa mirada desde hace tiempos. Me he fijado en ella. En esa realidad alterna que mira el julian y a la que nos acerca el julian. Y las palabras ahora no me alcanzan. He pensado tanto en escribir bien sobre ese delirio en la mirada del julian y ahora ya está. Y no es cómo yo quería. Pero es como salió. Ahí está. Un párrafo corto. Yo tenía más cosas guardadas adentro. Y siempre termino escribiendo cosas escuetas. Bueno. Todo por hoy. Ayer había más. Pero hoy no es ayer. HOy escribo. Hoy se termina. Aquí.