Terminé comprando un disco llamado "palabras para los moribundos" de John Cale, el EP "Mujer reina" de Hierro y Vino y un disco sin nombre grabado por una banda de la cual no sé nada, llamada Cornamenta de Cristal (me gustó mucho el collage que había en la portada). Fue un poco más de 20 dólares, acompañados por la honda y lúgubre sensación de que hay demasiada música por escuchar, demasiados artefactos por poseer, que nada tiene sentido. En general, las usuales sensaciones del pos choppin´ (además, todavía se compran discos o todo el mundo se baja ahora la música? el local estaba totalmente vacío, pero bueno era temprano... todavía no me defino en este campo,,,, ni en muchos otros).
Teníamos tiempo antes de mi clase de la 1:30 así que la Cora y yo visitamos la galería de arte de la UW (primera vez que voy) y observamos un par de exhibiciones interesantes. Una era de escultura, muy extraña pero atinada, creemos, luego de haber leído el comentario hecho por la curadora. Sería difícil explicar de qué iba, pero... en el piso había unos troncos sintéticos que parecían reales, con una especia de plástico crema desbordándose por los lados. y, sobre una mesa había unas microesculturas de cosas que te meterías a la boca: cigarrillos, chocolates, bebidas, rodeadas por... unas esculturas medias naif (se dice así?) de roedores. Sí.
El tema era explorar ciertos medios artísticos, materiales y también cuán sometidos estamos, en cualquier nivel de la sociedad, al consumo.
La otra exhibición resultó mucho más grata, creemos. Eran las impresionantes fotografías de Richard Misrach. LA exhibición "En la playa". Fotos de gran tamaño en las cuales se muestra desde una perspectiva omnividente a gente vacacionando en Hawai. Son algo graciosas y muy lúdicas. Funcionan de lejos y de cerca. Aquí pongo una, no sé cuanto se aprecie....

La Cora zigzageaba, a su manera, dentro de una especie de kanguro, que aquí llaman sling, que yo llevaba alrededor del cuello y la espalda y saliendo de la galería hicimos algo que de ahora en adelante recomendaré a todo padre novel con el que me cruce en esta vida y la siguiente. Simplemente porque fue algo hermoso, y espero que así lo consideren ustedes:
Yo tenía sed así que me acerqué a un bebedero, del tipo que aquí sobra, en cada esquina, en cada parque. La Cora es fanática número uno del agua así mientras me agachaba a beberla, imaginé cuánto quisiera ella un poco. Entonces, al mejor estilo aviar, llevé el agua del bebedero a su pequeña boca diamantal.
Agua fresca que no alcanzaba a calentarse en su paso por mi boca y que ella recibió gustosa, dos o tres veces.
Fue, como ya dije, una sensación hermosa.
Poco después nos encontramos con la MArtu y el Julian, de nuevo en el UWCCLV. La profe del julián, la directora de su pre-kinder, que es una persona muy simpática y apasaionada por su trabajo, Krys, nos había escrito una nota sobre el julián. En ella decía que el Julian participa mucho, en la hora del cuento levanta su mano varias veces y comenta, en español, lo que pasa por su mente. Me imaginé la escena un rato y me encantó. Krys también decía que está muy motivado por los dinosaurios y que parece estar buscando un amigo con el cual se identifique más y más. Me parece que la Krys le tiene bien visto al julián, en este mes y medio que le conozco me ha parecido que sus criterios sobre él son por lo general acertados. Claro que el julian le pinta como alguien que dice No a cada rato, y así debe ser, pero igual.
El está tan bien ahora. Me alegra mucho decirlo. Al comienzo... es difícil para mí recordar cómo estaba, es doloroso, pasó un mal rato nuestras primeras 3 semanas en Seattle. No es que estaba inconforme, ni triste, ni molesto. Durante ese tiempo él era la personificación del cambio en los seres humanos, la metamorfósis. Él era el cambio en su estado puro. Duro, miedoso, difícil, incómodo. No lo puedo creer. Mi hijo fue el cambio. Yo de niño también fui el cambio. NO es que lo sientes o lo pienses, lo eres. Y supongo que eso tiene su lado bueno. Es algo poderoso. Y estoy orgulloso de él. Es una luz, como dice la martu, que es otra luz.
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Cambiando de tema...
Hace poco me metí, con algo de pena, a leer una reseña del concierto de los Reyes de León, aquí en Seattle, anoche. No pudimos ir. Ni siquiera lo intentamos. Era imposible.
Según la reseña que pesqué, fue un gran show. Los Kings sacaron todo el arsenal, sin extenderse mucho y con sorpresas como la aparición de Eddi Vedder en medio de una canción que ayudó a cantar. qué coincidencia. Sólo pude sonreír ante la noticia.....