8.10.08

tres historias profundamente concatenadas

La Sopa Vietnamita

TEnía hambre después de una reunión con mi asesor financiero. Entré a un lugar vietnamita que se llama Pho Thy Thy. No conozco el idioma pero sospecho que ese segundo Thy tiene otro significado que el primero.
Era mi primera vez ahí y si mi memoria no me falla, mi primera vez en un restaurante vietnamita también o pensándolo bien, en cualquier lugar de esa nacionalidad. Y estaba lleno. Una señorita me mostró un puesto libre y antes de sentarme, portándome como cliente frecuente sorpresivamente, pedí una sopa de fideos con pollo. Esto me sorprendió hasta mi mismo pero en realidad había revisado el menú que el restaurante tenía pegado en la puerta de entrada. Sí. Es uno de esos lugares.
A los pocos minutos la misma mesera, o puede que haya sido otra, me trajo un plato grande y un plato pequeño. Los dejó sobre mi mesa sin regresarme a ver y se fue. El plato grande tenía un montón de brotes de soya crudos y gruesos, unos trozos de pimiento, dos rodajas de limón y unas hierbas cuyas hojas a mí me parecieron similares a las de la albahaca, pero sabía que no podía ser albahaca porque estas hojas tenían pequeños filamentos amarillos, prácticamente imperceptibles, y algunas manchas moradas en el tallo. Además, estaba en una hueca vietnamita. EL plato pequeño, por otro lado, tenía lo que me pareció a primera vista un pan. Me comí un bocado de éste supuesto pan sólo para descubrir que estaba lleno de una crema dulce, muy espesa. Era el postre. No sabía nada mal, pero era el postre. Lo dejé.
Quise oler la planta que estaba encima de los brotes de soya, pero sobre todo, quería saber si este plato era un aperitivo o un aditivo para la sopa que esperaba llegaría cualquier momento. No había forma de preguntárselo a uno de los meseros. Todos estaban sumamente ocupados, parecían marchistas a-la-jeff, abriendo camino por los espacios estrechos del Pho Thy Thy, con platos hirviendo entre sus manos, emitiendo pequeños comandos en su lengua nativa, una de la cual pude identificar claramente como el equivalente a "Mesa" en español, era "Cahh", creo.
Así que lo único que podía hacer para decidir acerca del gesto culinario que la mesera había colocado al frente mío, era mirar alrededor. Normalmente no como solo, pensé. Comer solo es turro, pensé. La martu sabría qué hacer con este plato, o por lo menos con ella aquí, esta situación sería graciosa. Miré alrededor. Estaba rodeado por gringos posadolescentes que conversaban del segundo debate presidencial entre Mcain y Obama que había tomado lugar la noche anterior. Un debate bastante insípido, si me preguntaran a mí. Yo llegué a un país en donde un envaletonado y frontal prisionera de guerra (la guerra de Vietnam coincidentalmente) se enfrentaba contra un auténitico sacudidor de masas, negro, a-la malcom X, MLK Jr. Nada. De esas ideas vagas que pude haber recibido de manera indirecta cuando estaba en Ecuador no queda absolutamente nada en este punto, y peor bajo este sistema de tres debates presidenciales cuyo objetivo, claramente, no es informar y educar al público electoral sino convertir a la carrera presidencial en una especie de Super tazón o Serie Mundial, el clásico del otoño.
Pero para mis fines más inmediatos, lo que realmente importa es que ninguno de los comensales tenía el mismo plato que yo. O ya estaban en la sopa o todavía no habían ordenado. Me sentí todavía más solo. Y además raro mirando mesas ajenas y sus inmediaciones directas. Por suerte, más o menos en ese momento, llegó mi sopa. PHo Ga su nombre. Vapor por todas partes, había pedido el modelo "pequeño" del Pho Ga pero el plato que tenía al frente estaba bien como para dos personas mínimo. Hice a un lado a los brotes. Y le entré.
La sazón del caldo estaba muy buena. Había harto "noodle", o sea fideo, y algunos trozos de pollo flotando por ahí. No hice nada con él otro plato. Saborié mi sopa. Leí partes del libro y me fui, después de pagar la cuenta. A la salida me di cuenta que había una pecera y el pez más mal encarado que he visto en mi vida. Tenía la jeta completamente virada hacia arriba. Su boca empezaba a la misma altura que sus ojos, practicamente junto a sus ojos y tenía un par de bigotes medianos flotando al lado suyo a destiempo. El pez más malencarado que he visto. Salí a la calle y lo dibujé en mi cuadernito moleskine.


Meat Puppets II

Los hermanos hacen cosas juntos. Se pueden llevar muy bien. Pueden crear cierta dependencia. Y pueden llevarse enfermizamente mal también. Pero siempre hay un poco de caín o un poco de abel en todos nosotros. A mí me hubiera gustado ser un poco más Caín, pero el destino me presentó otra suerte. Igual que a los caínes que secretamente desearían ser más abel. Hablaremos sobre esto, sí, sí......

Pero la cosa es que los hermanos hacen cosas juntos y que los Meat Puppets sacaron un gran disco en 1983. NAdie lo puede saber, porque ya no importa, pero es así. Escúchenlo. No se parece a nada. Se parece a mucho. Pero sea como sea está inundado de una época y una actitud en las que éstas cosas poco importan. Ni siquiera debería importar el unplugged de Nirvana de 1993 que los catapultó a un lugar más distinguible para el público general, 10 años después. Pero sí importa, lastimosamente o afortunadamente, somos bichos de occidente que rendimos culto y nos maravillamos ante los chistes más viejos. Ahí arriba está la portada del disco, en la columna de la derecha (o de la izquierda según de dónde estes mirando), un medio óleo (hecho por los mismos Meat Puppets), algo que a primera vista parece medio mal pintado, medio infantil como para poner en la portada de un disco de rock. A primera vista..

Ah, de paso pido disculpas por ese verso a-la surrealista que me mandé el otro día. No hay derecho. Que irrespeto.
Los Meat Puppets sí que son surrealistas, revisemos esta frase de su canción "estamos aquí":

"LAs paredes se convierten en cascadas con agua
hecha de ideas que llaman
no está bien derramar el vidrio no hagas
ruido ni arrojes una lágrima.."

Yaaaaa? ¿Qué fue eso? ¿Qué se fumaron chicos? O mejor dicho inyectaron...

Y ésta otra, de uno de sus temas más conocidos: "MEseta"

"no hay nada encima (de la meseta) sólo un balde y
un trapeador
y un libro ilustrado acerca de pájaros
ves mucho allá arriba pero no tengas miedo
quién necesito actos cuando tienes palabras"

Perla.

Surrealismo mezclado con country y punk y en un momento histórico y en lugares (Phoenix, Arizona) y con una actitud indiferente hacia el hecho de estar creando una obra interesantemente transgénera (se dice así? mezclar géneros?, suena bien..) con piezas instrumentales, momentos punkeros... extrañamente bella. Wow. Y paredes convirtiéndose en cascadas, o sea, las paredes de tu cuarto y tú ahí adentro, mirando, completamente volado con tus amigos esperándote abajo, golpeando una puerta vieja, de madera podrida y una de esas puertas mosquiteras que todas las casas gringas tienen que tener, con seguro para quedarse abiertas, por decreto o algo así. En todo caso, una casa vieja y sucia en un pueblo pequeño en medio del desierto y tus amigos te están repitiendo "oye....ve....estamos aquí!" a gritos.

luz rosada

Esta en realidad no es una historia. Soy yo hablando. Pero esto le da sentido a todo lo demás. Por lo menos para mí.
Anoche la martu, la cora, yo y el julian nos acostamos en el cuarto de ellos. Intentábamos hacerles dormir pero lo que se armó fue un festival de amor. AL comienzo el Julian y yo hacíamos lucha libre o yo le intentaba leer un cuento, no me acuerdo. Pero la cosa es que la revoltosa de la Cora gateó hacia donde mí y me empieza a instigar con risitas y manotazos en la frente. El julian gozaba con la Cora porque la verdad es que es graciosa. Y la martu, sí, fue la martu, tuvo la idea de hacer un cargamontón. A mi! (ya sabemos de dónde saca su carácter suscitador la Cora... y su gracia). El Julián se sentó sobre mi cabeza con todo su peso y no sé dónde estaban los demás.

Luego, no sé cómo, estábamos el julian y yo abrazados. WOW. No le había abrazado así en tanto tiempo y mi cuerpo se prendió de una manera extraña. Me emocioné. No se parecía a nada que hubiera sentido antes. Nada. Era rico. Un cosquilleo. L`amour.

He dejado atrás mis gritos y sacudones. Esas huevadas no funcionan. Pero había que probarlas y probablemente volveré a hacerlo. probarlas. Por qué.. La verdad no sé. Supongo que hay momentos en que un padre tiene que ser muy autoritario con su hijo y hay que saber ser autoritario tanto como hay que saber ser amoroso. Es una mierda. Pero es así. Creo.
Lo bueno es que ahorita no estoy así. Pasaron algunos días de niveles más altos de estrés pero ahorita no, puede ser que vuelvan, pero no hoy día, no, no, no (ahorita me sentí como Aragorn al final del Señor de los anillos). Ahora estoy en el pos lo que sea de haber sido abrazado por tu hijo mayor y que te sentiste como adolescente de repente. en eso. Y tenía que escribirlo. Por qué... no sé. Ayer lo supe.








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