no me he presentado en este escenario en varios días. Y eso tiene su ezplicación: las cosas por ahora están fuera de foco.
Todas las ideas que se pueden tener acerca del mañana pueden ser latigeadas por una enfermedad común, dada la vuelta y regurgitada a tus pies. Por eso es mejor no tener ideas.
Mis hombros, ahora, están cansados. Mi cabeza como la luz en el asiento de atrás de un carro, cuando viajas de noche, como el correr de una cinta fílmica.
Ahora mismo el julian y la cora duermen al lado. Están mejor pero han tenido días lánguidos. Lo bueno es que son niños y no se desesperan ni nada. Aceptan el nuevo ritmo casi mecánicamente. COn una valentía sin nombre. El julian no ha parado de toser una semana. Le viene de la nada. Del aire frío. No le deja en paz. Y eso que está mucho mejor.
La doctora le veía y decía que sus pulmones están limpios, en muy buena condición, que la toz que tiene ahora es una nueva tos. Ya se curó de la otra, por eso los medicamentos no le sirven ya, eran para la otra.
Decía que la recaída puede ser por cualquier cosa. nosotros sabemos lo que eso significa. No hay una explicación lógica, es como que su cuerpo ha encontrado esta forma de expresarse y la está explorando, por diversos motivos, y debe tener motivos.
No es él. o bueno, una parte de él, la que encuentra razones suficientes para tener tos. para no soltar esa tos. no hay nada que yo quisiera más en este punto, luego de una semana, que suelte esa tos, pero en el fondo, sólo es una tos y se va a poner mejor.´
no sé. hemos tenido noches largas. días enteros sin poner un pie fuera de la casa. atrapados en la enfermedad. queriendo sanar. sin lograrlo. Y ahora es nuestro turno. Yo siento la enfermedad trepar por mi cuerpo como un árbol viejo, que parece duro desde lejos pero tiene la corteza muy suave, hueca y apolillada cuando te acercas. la enfermedad se acerca. palpa el terreno hospitable. me voy a enfermar y no hay nada que pueda hacer. son mis vacaciones. eventualmente, me pondré mejor.
al mismo tiempo, hemos hecho un montón de cosas. la fiebre ha sido un reloj despertador. ha sido una lección. algo ante lo cual inclinarse y reconocer la pequeñez de todo. Ha sido una luz en cuanto a la paciencia que nos ha obligado a tener. Se aprende mucho de la fiebre. y te pone de rodillas.
Quedaron atrás las pequeñas luchas de poder, las lecciones, la autoridad dominical. sólo queda la fiebre y el instinto protector, curativo, paternal. en todo su esplendor silencioso, en todo su peso inombrable. en toda su melancolía e insipidez. pero amor, al fín. algo puro y sin respuestas contrarias.
he querido decir muchas cosas más en mis presentaciones olvidadas (no me podía poner a escribir, no sabía por dónde empezar, esto mismo me está demandando mucho esfuerzo). Acerca de poemas que pensé en escribir, acerca de la traducción al inglés de Bolaño que terminé, acerca de la autobiografía de Dylan que estoy por terminar, incluso acerca de Vicente Alexaindre, al cual no alcancé a leer del todo, pero que me atrapo, por unos instantes, incluso diría que, mojándome un poquito en aguas españolas del 27, es el que más me gustó de los 4 poetas. pero no sé. ese surrealismo tampoco me gustó TAanto.
ojalá pueda, en algún lado, decir todo lo que vine a decir. Es difícil. hay tantas cosas y todo lo que tomamos como verdad es mentira, una postura aprendida y enceguecedora, el producto de toda esta colonia que hemos heredado, después de tantas batallas adentro y afuera del útero. sólo en ciertos momentos se puede ver todo al mismo tiempo y a esos instantes hay que esperarlos toda la vida, y luego pasan, sin dejar nada en su paso, más cosas incomprensibles, incomunicables. no sabría decirles.
en cualquier momento voy a hacer lo único que puedo hacer. amarcar un crío. intentar colmar su pequeña angustia de ensoñación que no puede ser considerada angustia a niveles terrenales. pasar otra noche. castigando mi espalda. leyendo en momentos libres. soñando despierto con escribir. sin que llegue el día. (hay tantos libros ya, tantos, tantos, y yo queriendo añadir uno más). y ahora voy a caer.
este regreso a las imprecisiones no es sino una despedida momentánea. hasta el año que viene, sería justo hacer un recuento de este. pero ya no soy ése tipo de tipo. no ahora. ahora me arrepiento de cosas que me enorgullecían hace poco y me enorgullezco de cosas de las cuáles me arrepentía. estoy en ese ánimo refundante. necesitado de cambios en un espacio tan pequeño y luego de tantos, tantos cambios. un mar de dudas, una selva de certezas.
qué díré de mi mismo en los años futuros. dónde estaré? cómo quisiera acordarme.
por ahora es el sulfato de albuterol. el cuhum, caham de la tos. la improvisación. en busca de un estilo y de ideas. con los oídos apretados pero sin la capacidad de memorizar cosas. quisiera ser más joven. quisiera ser más viejo. quisiera que mis bíceps sostengan el mundo. tres o cuatro libros a la vez. caras conocidas y caras nuevas. frío. brrr.
-----------------------------------------------------------------------------------
la cora ya se para. se queda ahí un par de segundos. y luego cae para delante o para atrás. tiene una chispa. me cae bien.
el julian tiene unos ojos inmensos y un hambre con la que podría comerse al mundo. es un niño de 4, cada día crece un poco más. le gusta hacer muchas cosas. pero tose.
yo soy su padre. escúchenme bien, les digo. porque yo soy el que cuida de ustedes.
y no tiene sentido.
pero es lo único.
(tiemblo por dentro, sin que nadie lo vea, ante la posibilidad de una entrada más, la imposibilidad de expresarme del todo, toda la semana vivida, toda la fiebre derramada y toda la tos entrecortada. debo repasar más)
y la fé?