La Cora Luna cumplió un año hace pocos días. Me voy a llevar de vuelta a ese día, a los primeros instantes que viví con la nena de un año, ese día.
Amanecía en la cama del julián, para variar. Pero fui prontamente llevado por este mismo niño de pálidos ojos azules, hacia la matrimonial. Le abracé a la martu y ella me abrazó más duro. La Cora L. estaba dormida boca abajo, al filo de la cama, cerca de la pared hueca.
Los tres comentábamos que era su cumpleaños. El julián preocupado por "ayudarle" a abrir los regalos a su hermana pequeña. La martu y yo decidimos cantar las mañanitas.....
Cora L. giró su espacio, envuelta en pijama de cuerpo entero y pañal trasnochado. Giró y giró, saliendo del poderoso dominio de los sueños, que nos jala tan lejos de aquí. Tenía el rostro completamente derretido en el sueño, sólo alcanzaba a abrir un ojo, el otro seguía pegado, párpado a párpado, tenía los pelos dispersos y sin embargo sonreía como pequeña madmoiselle ardillita sapo. y empezó a aplaudir, mostrando los dientes.
"ah no..." parecía decir "si me levantan con cancíón yo les doy toda mi gracia" y la pequeña tiene gracia de sobra. KIlos de gracia. emana simpatía, refleja sonrisas... verla es quererla.
ese mismo día fuimos al Seattle Center pero el carrusel tradicional estaba cerrado, en vez, había ese ambiente triste de parque de diversiones en invierno. Juegos arcade, puertas adentro, falsas escopetas para disparar a falsos payasos y alces computarizados.. puro personal africano o centroamericano mal encarado y de pocas palabras legibles.. algunos turistas australianos empaquetados y distribuidos.. yo estaba puesto los zapatos italianos con los que me casé, vestido para la ocasión, el primer cumpleaños de Cora Luna.
había una pista de patinaje y luego.... cuando ya íbamos a regresar, sin pena ni gloria... el julián nos regaló la tarde.
en una pileta inmensa que se construyó también para la feria mundial de 1962, habían algunos niños nórdicos acercándose peligrosamente al agua, en un día demasiado frío-----
el julián se iba arrimando, daba vueltas, se iba soltando.... nos regaló su ilusión, por unos segundos la martu y yo pudimos ver a través de los ojos de nuestro niño, devueltos, contentos con todo, contentos con nada, con agua, con mirar y con espacio para correr. él estaba feliz... tan feliz.. por qué no? nosotros también? nos pusimos a correr y nos dejamos rozar por el viento helado, y nos acercamos al planeta mojado.
él nos regaló eso,... su regalo,, en el día del primer cumpleaños de su hermana Cora L.
luego festejamos en casa con una fiesta de té de verdad. la cora no quiso soplar las velas pero comió todo pastelito de chocolate que le pusimos enfrente. me hizo acuerdo al julián en su primer cumpleaños, en una hacienda grande de un país lejano, arrimado a una mesa bajita, llenándose la boca de esponja. rostro salpicado. Y todos ustedes estaban ahí.